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En libertad.

En libertad. El abogado Emilio Rodríguez Menéndez.

Al abogado más polémico de España la suerte parece haberle dado la espalda. Emilio Rodríguez Menéndez ha sido detenido en la capital argentina tras pasar cerca de dos meses prófugo de la justicia. A la que, ciertamente, nunca ha tenido mucho respeto.

Así lo pone de manifiesto el hecho de que, pese a haber acumulado en los últimos años varias sentencias condenatorias tanto civiles como penales, Rodríguez Menéndez se ha limitado simplemente a no cumplirlas. Experto en convertir en papel mojado los pronunciamientos de los tribunales, Emilione, como se le conoce en círculos jurídicos y judiciales, sabe cómo utilizar todo tipo de recursos para salir impune, aprovechando en su beneficio la lentitud de una maquinaria judicial que siempre va un paso por detrás del delincuente.

La Audiencia de Madrid lleva cinco meses tramitando la ejecución de la sentencia que impone a Menéndez dos años de prisión por atentar contra la intimidad del director de EL MUNDO y todavía no ha terminado de contestar a la enésima petición con la que el condenado pretende eludir el fallo judicial.

Teniendo en cuenta que los hechos delictivos se produjeron en 1997, que el juicio no se celebró hasta 2002 y que la condena es firme desde el 10 de diciembre de 2004, Rodríguez Menéndez puede felicitarse por haber tenido entretenidos a los jueces durante todo este tiempo mientras él continúa en libertad.

Un mes después de que el Tribunal Supremo confirmara el carácter delictivo del montaje urdido por Rodríguez Menéndez y el resto de los condenados contra Pedro J. Ramírez, la Audiencia madrileña puso en marcha la ejecución de la condena. Fue el 4 de enero pasado, a través de una providencia por la que se citaba a los condenados «para requerirles el cumplimiento del fallo». En esa resolución ya se les advertía de que "de no comparecer, se librará oficio a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para que procedan a su busca, detención e ingreso en prisión".

Reiterados intentos para eludir la prisión

El abogado planteó entonces su primera iniciativa para soslayar las decisiones judiciales: pidió que se suspendiera la ejecución de la condena por no superar los dos años de cárcel. El Tribunal tardó más de un mes en resolver y lo hizo el 24 de febrero denegando la petición.

Pero, mientras tanto, Menéndez formuló otra solicitud, consistente en que se le sustituyera la pena de prisión por una multa. La Audiencia no le respondió hasta finales de abril y tardó un mes más en desestimar el recurso de súplica.

En mayo, Rodríguez Menéndez hizo otra petición -la tercera- para que la Audiencia no ejecutara la sentencia del caso del vídeo.Esta vez alegó que el Tribunal Constitucional todavía no se ha pronunciado sobre la demanda de amparo interpuesta contra la condena. La petición, absurda en términos jurídicos, estaba destinada al fracaso, pero le permitió ganar unas semanas más.

Aún se produjo una cuarta iniciativa, consistente en solicitar el indulto y, a continuación, pedir a la Audiencia que paralizara la ejecución de la sentencia mientras el Ministerio de Justicia tramita la medida de gracia. El Tribunal también la rechazó, pero la defensora y socia de Rodríguez Menéndez, Alicia Moreno, interpuso de inmediato un recurso de súplica que aún está sin resolver.

El letrado ya había huido cuando su colaboradora presentó ese recurso. Desde su situación de prófugo, se ha permitido incluso difundir un comunicado en el que tacha a los magistrados de 'corruptos'.

La de Rodríguez Menéndez puede considerarse una fuga anunciada.El 26 de abril, cuando ya llevaba cuatro meses intentando la ejecución de la condena, la Audiencia dictó un auto en el que le ordenó entregar su pasaporte y comparecer ante el Tribunal los días 1 y 15 de cada mes.

La primera comparecencia debía producirse, por tanto, el 1 de mayo. Menéndez la incumplió. El día 4, Alicia Moreno fue a la Audiencia a decir que el condenado estaba 'fuera de Madrid' y que se presentaría a su regreso.

Pasó una semana y no hubo noticias. El 11 de mayo, la Sala, 'visto el tiempo transcurrido', emitió otra providencia por la que volvía a citar a Emilione 'para que comparezca en 24 horas para la entrega de su pasaporte y justificación de la incomparecencia'. Rodríguez Menéndez acudió a la Audiencia, pero no hizo entrega del pasaporte con la excusa de que lo había perdido.

El 1 de junio tampoco cumplió con la obligación que le había impuesto el Tribunal. Cuarenta y ocho horas después, los magistrados firmaron la orden de busca y captura que ahora pesa sobre el letrado.

Deudas económicas

El principal problema de Rodríguez Menéndez es que, una vez entre rejas, podría no salir en bastante tiempo. Aparte de la sentencia -firme- del caso del vídeo, el abogado está condenado a seis años de prisión por un delito continuado contra la Hacienda Pública por haber ocultado al fisco sus ingresos millonarios y haber defraudado una cuota de 1,8 millones de euros. Esta segunda condena no es firme, pero el Tribunal Supremo se pronunciará sobre ella antes de un año.

En el proceso por delito fiscal Rodríguez Menéndez también está condenado a una multa de 11 millones de euros. Pero las cuestiones de dinero no han sido un problema para él: nunca paga.

Pese al ingente patrimonio inmobiliario que posee -del que hizo alarde durante el juicio seguido contra su tercera esposa, Laura Fernández, por haber intentado asesinarle en 1999-, el abogado tiene todos sus bienes a nombre de sociedades o de testaferros.

Tres empresarios que declararon como testigos en ese mismo juicio explicaron que habían constituido una asociación de perjudicados por Rodríguez Menéndez, que ha dejado sin pagar decenas de millones invertidos en la finca que tiene en Casillas de Flores (Salamanca) y en su lujoso chalé de las Rozas (Madrid), en el que se reunía con la banda de Interior: Rafael Vera, Manuel Cobo del Rosal, Jorge Argote y José Barrionuevo.

En julio de 1995, Emilione fue agredido con un cuchillo por el chileno Wilfredo Muñoz, hermano de su segunda mujer, que pretendía cobrar las 800.000 pesetas que se le debían por su trabajo en un prostíbulo propiedad de Menéndez, según afirmó el abogado del agresor.

Denunciado por bigamia, investigado por alzamiento de bienes, expedientado por varios colegios de abogados, Rodríguez Menéndez acumula otras tres condenas firmes: una de carácter civil por atentar contra el honor de Angel Rodríguez de la Borbolla, ex alcalde de Cazalla de la Sierra (Sevilla), al que debía pagar una indemnización de 120.202 euros; y dos de carácter penal por injurias graves al director de EL MUNDO y al ex magistrado Javier Gómez de Liaño.

El 11 de julio de 2002, la Audiencia aumentó a 180.000 euros la indemnización que Menéndez tiene que abonar a Pedro J. Ramírez y que tampoco ha cumplido.

El pasado 28 de enero, coincidiendo con el comienzo de la ejecución de la sentencia dictada en el caso del vídeo, satisfizo la indemnización fijada en 2001 para Gómez de Liaño, que ascendía a 9.015 euros.

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